Alimentación
No siempre comemos de la misma manera. No solo se tienen en cuenta las temporadas sino también los años. Pero lo que debemos tener claro es que la alimentación es un factor básico para el bienestar y la salud de todos y, principalmente, de las personas mayores.
Hasta llegar a una edad determinada, buscamos una alimentación completa y complementaria. Y cuando llegamos a esa edad, en la que ya se habla de personas mayores, ancianos o tercera edad, la alimentación puede desatenderse, podemos llegar a un cierto hastío que impide que nos alimentemos de manera completa.
A ello se le une que, al llegar a esa edad, comienzan a vivirse diferentes cambios fisiológicos en las personas que pueden generar pérdida del sentido del olfato, una disminución del gusto, patología digestivas o problemas para masticar.
Por ello, se hace necesaria una mayor atención para la correcta alimentación, con comidas realizadas con texturas concretas y con menús equilibrados y variados. Los expertos consideran que una buena alimentación debe estar compuesta por un 60 por ciento de hidratos de carbono, un 25 por ciento de grasas y un 15 por ciento de proteínas.
En Grupo SERGESA queremos que nuestros residentes coman de manera saludable, para lo que ofrecemos menús personalizados, siguiendo las pautas nutricionales en función de nuestros usuarios y de sus prescripciones dietéticas.
En nuestras residencias tenemos claro que la alimentación correcta de nuestros residentes es básica para una vida saludable. Sabemos que la malnutrición en las personas mayores supone un considerable riesgo de contraer enfermedades.
Los especialistas aconsejan una serie de recomendaciones a tener en cuenta en la nutrición, pero partiendo de una dieta variada para lograr que los alimentos tengan todos los nutrientes que se consideren necesarios. Así, se recomienda reducir el consumo de carnes rojas y embutidos, al mismo tiempo que se aumente la ingesta de determinados pescados como las sardinas o el salmón. También se recomienda que se cocine con aceite de oliva y que la leche y los derivados lácteos sean desnatados o, como mucho, semidesnatados.
Al mismo tiempo se deben incrementar el consumo de frutas, legumbres, cereales y verduras, así como de calcio y limitar la sal y el azúcar.
Y junto a esta alimentación equilibrada y saludable, no podemos olvidar un aspecto básico en la tercera edad: realizar ejercicio físico.
Por tanto, comamos bien, de manera equilibrada, y movamos nuestro cuerpo para tener una vejez más saludable.